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Oleaginosas de invierno: Impulsando la transición hacia aceites sostenibles y bajas emisiones

  • mirianrivas
  • 30 oct
  • 4 Min. de lectura


Oleaginosas de invierno: Impulsando la transición hacia aceites sostenibles y bajas emisiones

Canola, camelina y cártamo impulsan la oportunidad de biocombustibles bajos en carbono en Argentina

En un panorama agrícola cada vez más definido por la descarbonización, la economía circular y cultivos de rotación de mayor valor, Argentina está tomando una decisión estratégica. El reciente crecimiento de las oleaginosas de invierno—principalmente canola (colza), camelina y cártamo—no es solo un cambio agronómico: representa una redefinición estratégica de la cadena de valor agroindustrial hacia la producción de aceites sostenibles vinculados a la energía. Con unas 70.000 hectáreas ya en producción bajo contratos específicos, empresas de semillas, insumos, procesamiento y exportación tienen una ventana clara de oportunidad.


Oleaginosas de invierno: un nuevo activo de rotación para Argentina

Hasta hace poco, la narrativa agrícola en Argentina se centraba en cultivos de verano como soja, maíz y girasol. Hoy, canola, camelina y cártamo se posicionan estratégicamente dentro del intervalo otoño-invierno, reemplazando barbechos o cultivos de cobertura de bajo valor y generando aceites aptos tanto para mercados alimentarios como de biocombustibles.

El motivo es evidente: la demanda global de aceites certificados y bajos en carbono ha aumentado, impulsada por mandatos de bioeconomía y criterios de sostenibilidad en Europa, Norteamérica y Asia. La agroindustria argentina está respondiendo: por ejemplo, INTA avanza con un programa de mejoramiento genético de canola, posicionando el cultivo como opción invernal en rotaciones.

Paralelamente, empresas del sector estructuran modelos de contrato integrales: semillas suministradas a productores, aceite final retornando a compradores que gestionan procesamiento, trazabilidad y certificación de carbono. Este compromiso en toda la cadena es clave para acceder a mercados premium y cadenas de valor agregado.


¿Por qué ahora? Factores de mercado y ventajas competitivas

Satisfaciendo la demanda de aceites bajos en carbono

Reguladores globales y actores del sector energético exigen estándares de sostenibilidad más estrictos. Lubricantes, biocombustibles para aviación, biodiésel e incluso aceites alimentarios deben reducir su huella de gases de efecto invernadero. Se estima que para 2050, hasta el 65% del combustible de aviación podría ser biogénico.

La propuesta de oleaginosas de invierno en Argentina responde a esta tendencia: cultivos desarrollados fuera de la ventana de verano, potencialmente en rotación, exportados o procesados para biocombustibles y biolubricantes.


Optimización de barbechos para generación de valor

Uno de los mayores beneficios agronómicos es transformar campos tradicionalmente inactivos. Esta estrategia de tres cultivos permite a los productores capitalizar períodos de barbecho, generando ingresos adicionales sin competir con los cultivos de verano.


Adaptación regional y elección de cultivos

Cada cultivo presenta un perfil de adaptación distinto:

  • Canola: se adapta a zonas de mayor precipitación (NOA, NEA), aprovechando la humedad invernal.

  • Cártamo: tolerante a sequía, ideal para zonas más áridas.

  • Camelina: ciclo corto y tolerancia al frío, adecuada post-soja o en rotaciones más intensivas.

Esta diferenciación regional permite a proveedores de semillas, servicios agronómicos y procesamiento diseñar estrategias específicas por zona, mejorando competitividad y mitigando riesgos.


Compromiso del sector privado y alineación de la cadena de valor

Empresas como Bunge ya invierten en estos cultivos bajo programas de aceite bajo en carbono, apoyando ensayos de semillas, redes agronómicas y modelos contractuales. Para los actores B2B—semilleros, proveedores de insumos, empresas de agricultura por contrato, procesadores y operadores logísticos—toda la cadena se está reinventando: las semillas deben cumplir estándares de calidad, los productores aplicar prácticas sostenibles, los procesadores certificar el aceite y la logística de exportación garantizar la integridad de la cadena.


Beneficios estratégicos para stakeholders agroindustriales


Diversificación de ingresos

Los cultivos de invierno generan ingresos adicionales entre los principales cultivos de verano. Para proveedores de insumos y semilleros, esto representa oportunidades de venta cruzada; para procesadores y empresas de aceite, asegura materia prima con mayor margen frente a oleaginosas de commodity.


Fortalecimiento de credenciales de sostenibilidad

Una cadena de oleaginosas de invierno certificada permite diferenciación en mercados donde se priorizan estándares de carbono. Compradores institucionales y socios de biocombustibles requieren trazabilidad y huella de carbono, posicionando a las empresas como partners sostenibles.


Beneficios agronómicos y de rotación

Más allá de la producción de aceite, los cultivos de invierno mejoran la estructura del suelo y la infiltración de agua, beneficiando a los cultivos siguientes.


Retos clave y consideraciones


Curva de aprendizaje agronómico y riesgo de rendimiento

Las oleaginosas de invierno aún están en expansión en Argentina. En Entre Ríos, la superficie sembrada de brassicas (canola, carinata y camelina) cayó a 17.300 ha en 2024/25 debido a condiciones de humedad adversas al inicio de siembra, mostrando que riesgos agronómicos y adaptación varietal requieren I+D aplicado, servicios de extensión y contratos bien diseñados.


Escala vs madurez de la cadena de valor

Para mercados de biocombustible o aceites certificados, el volumen importa, pero también la madurez de la cadena: trazabilidad, certificación y procesamiento. Muchos sistemas aún deben mejorar infraestructura, protocolos de recolección y redes de socios.


Momento del mercado y dependencia de políticas

La demanda de aceites bajos en carbono depende parcialmente de incentivos regulatorios. Se requiere cautela: alinear cultivos con la demanda de largo plazo y mantener flexibilidad ante cambios en políticas o fundamentos de mercado.


Perspectivas 2026 y más allá

Si la tendencia se mantiene, Argentina podría duplicar la superficie de oleaginosas de invierno desde las actuales 70.000 ha. A medida que semilleros, proveedores de insumos y procesadores aumenten su participación, el país puede consolidarse como hub secundario de aceites bajos en carbono en Sudamérica.

Para los stakeholders B2B, el calendario es claro: en los próximos 12–36 meses, deben decidir si participar en programas de mejoramiento, agricultura por contrato, plantas de procesamiento o soluciones logísticas específicas para esta cadena. La inacción puede significar perder ventaja de early mover.

Se prevé diversificación downstream: aceites para biodiésel, biocombustibles de aviación, aceites especiales y alimentos balanceados, todos con valor premium. Así, las oleaginosas de invierno se convierten en un activo estratégico dentro de la economía de transición proteína/aceite.


Conclusión: movimiento estratégico, no solo un cambio de cultivo

La aparición de canola, camelina y cártamo en Argentina representa mucho más que una rotación: es una reposición estratégica de la cadena de valor que vincula agricultura, sostenibilidad y energía. Para empresas en semillas, insumos, procesamiento o logística, el mensaje es inequívoco: es momento de actuar, invertir y diferenciarse.

Si tu empresa está evaluando expansión en oleaginosas de invierno de bajo carbono, asociación con productores por contrato o construcción de capacidades de procesamiento/logística, contacta a Springhaus Agro hoy para explorar colaboraciones estratégicas y posicionar tu negocio a la vanguardia de esta evolución agroindustrial.alue chain

 
 
 

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